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ENSAYO SOBRE LA TECNOLOGÍA Y SU INCIDENCIA EN LAS RELACIONES LABORALES. EL FUTURO DEL TRABAJO

ADRIANA V. BOTTOS

INTRODUCCIÓN

Hablar del futuro del trabajo nos obliga a reflexionar sobre el pasado, memorar diversos conceptos, circunstancias e instituciones del Derecho de Trabajo y mirar nuestro alrededor para descubrir que ese futuro no está tan lejos.

Justo es reconocer que la preocupación por el futuro del trabajo se da en un contexto donde la tecnología ha irrumpido en todos los órdenes de la vida del ser humano.

En efecto, durante los últimos tiempos (o años) se han introducido conceptos como automatización, inteligencia artificial, e-commerce, e-learning, homebanking, teletrabajo, trabajo remoto, neurotecnología, drones, “emprendedurismo”, economía colaborativa (sólo por nombrar algunos ejemplos), los cuales son consecuencias más o menos mediatas de la irrupción y desarrollo de la tecnología en el mundo, en la sociedad y en los vínculos interpersonales.

En ese contexto es donde desarrolla su vida de relación el hombre y donde trabaja. Por eso inicialmente podemos decir que ya estamos en presencia del futuro en general y el del trabajo en particular.

Si bien la situación se presenta en estado embrionario y por tanto no se conocen las dimensiones que podrán alcanzar la influencia y la introducción de la tecnología en el mundo del trabajo, se tiene en claro que el objetivo es que el trabajo del futuro sea decente, inclusivo.

También es justo reconocer que se plantean una serie de incertidumbres y temores en torno a las características que revistará ese futuro y si será suficiente para todos los trabajadores; es decir sobre los aspectos cualitativos y cuantitativos de los puestos de trabajo.

Como forma de introducirnos en el tema también es oportuno recordar que, con características particulares, el hombre de trabajo siempre ha sido afectado por las innovaciones que se fueron sucediendo en la historia, propiciadas y determinadas muchas de ellas por las Revoluciones Agraria e Industriales. Es decir, no es nuevo el sentimiento de zozobra que se vivencia en la actualidad aunque, por las especiales características que reviste, presenta un toque particular.

Así es que para afrontar el futuro, es necesario recordar un poco de la historia, para evitar repetir errores o para valerse de la experiencia adquirida, o cuanto menos serenar nuestra ansiedad.

Por ello es que la propuesta es iniciar con una breve referencia histórica -revisar el pasado-; luego detenernos en el presente y efectuar proyecciones respecto del futuro.

Como quedara dicho, ya hay elementos que conducen a sostener que el trabajo ha recibido algunos toques de la tecnología.

I.- PASADO

Breve reseña histórica. De dónde venimos y cómo llegamos

Todo pasado y presente en algún momento de su devenir fue “el futuro” de las generaciones pretéritas y por ello la preocupación por el qué será o qué vendrá no es nueva.

A lo largo de la evolución del hombre se sucedieron diferentes revoluciones. Si nos detenemos a ver el significado de ambas palabras vemos que se encuentran muy emparentadas:

Evolución: (Del lat. evolutio, ōnis.)… 4. f. Fil. Serie de transformaciones continuas que va experimentando la naturaleza y los seres que la componen1.

Revolución: (Del lat. tardío revolutio, -ōnis.)…. 2. f. Cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional. 3. f. Levantamiento o sublevación popular. 4. f. Cambio rápido y profundo en cualquier cosa2.

Los primeros pasos de la evolución humana probablemente tuvieron poco impacto en el ámbito laboral, como ser el fuego y la rueda, por ejemplo, aunque modificó un aspecto del hombre como ser social y sociable.

Es oportuno ver cómo se dieron cronológicamente las revoluciones, para lo cual seguimos la obra de Schaub3.

+ 1760 hasta más o menos 1840: Primera Revolución industrial, desencadenada por la construcción del ferrocarril y la invención del motor de vapor, marca el comienzo de la producción mecánica.

1https://dle.rae.es/?id=H9vaSkr 2https://dle.rae.es/?id=WQ0Bykx 3SCHAUAB, Klaus:, op. cit., pág. 20

+ Finales del siglo XIX y principios del XX: Segunda Revolución industrial, posibilitó la producción en masa, fermentada por el advenimiento de la electricidad y la cadena de montaje.

+ Inicio en la década de 1960: Tercera Revolución industrial, revolución digital o del ordenador, catalizada por el desarrollo de la computación, la informática personal e internet.

La “Revolución de la Información”, también llamada “Revolución Digital” (más genéricamente “Sociedad de la Información”), al igual que la Revolución Industrial lo hizo en los siglos XVIII y XIX, modifica las formas actuales de organización del trabajo, no solamente en lo que se refiere a la forma en la que se va a realizar el mismo, sino a cuál va a ser ese trabajo y dónde vamos a desarrollarlo4.

Nótese que desde la revolución agraria y hasta las industriales tienen un impacto profundo al punto de surgir la preocupación por la cuestión social, ello, consideramos, porque cada una de ellas alteró el status quo del hombre como ser social y como ser activo, productivo y creativo.

Sin embargo es con la revolución industrial de principios del Siglo XX cuando la estructura de las relaciones laborales requiere de una disciplina autónoma que les brinde contención normativa, teñida de una impronta protectoria, en atención al contexto en que las mismas se daban: la hiposuficiencia y disparidad negocial con un grado –más o menos alto- de explotación del hombre trabajador.

Por ello es acertada la afirmación que sostiene que el Derecho del Trabajo es una categoría histórica, que como fuente formal responde a los reclamos de los trabajadores (fuente material), reclamos en torno a las diversas modalidades contractuales pero que el germen siempre ha sido el mismo: la reivindicación de los derechos del trabajador visto como un todo, en su integridad y dignidad.

Esta situación se dio en todas y cada una de las revoluciones a las que hemos aludido, más en esta Cuarta Revolución Industrial ó Revolución 4.0, los cambios son más vertiginosos: lo nuevo se convierte en obsoleto rápidamente y el encubrimiento de la relación laboral adopta novedosas formas.

Estamos en la era digital y al igual que lo hizo la informática, los algoritmos, la inteligencia artificial influyen, inciden en todas las relaciones humanas, entre las que encontramos las relaciones laborales.

Estos adelantos de la era digital y las múltiples posibilidades que de ellos derivan, han determinado el surgimiento de un nuevo concepto: la economía colaborativa, con ideas como el emprendedurismo, ser gestor de tu propio emprendimiento, ser tu propio jefe.

4Redacción INJE, 23-04-1997: “¿Qué es el teletrabajo?”; www.injef.com.

II.- PRESENTE

Hoy transitamos por una nueva experiencia: la tecnología y su aplicación a todas las cosas, incluso a los quehaceres más cotidianos, ello determina nuevas realidades, circunstancias, conflictos, en suma, nuevas fuentes materiales del derecho.

Las TIC´S 5 impactan en el desenvolvimiento de la sociedad. A partir de ella podemos hablar de: modalidad de educación a distancia –que lleva varias décadas tanto a nivel secundario como terciario y universitario), la consulta on line de catálogos (v.gr. deuna biblioteca); las compras on line a través de portales específicos; los chat que se abren al visitar la página web de negocios comerciales, y la lista sigue.

  • Las Tecnologías de la Información y las Comunicación (TIC).

Los grupos de WhatsApp que permiten a grupos de personas ubicadas en puntos distantes, mantener un contacto rápido y fluido.

A partir del Facebook las relaciones sociales y hasta familiares que se habían interrumpido por el devenir de los años y las distancias, se restablecieron.

Las transacciones comerciales hoy se hacen a través de mercado pago, e- commerce, y aquellas operaciones que antes requerían acercamos a un banco o lugar de pago, hoy se hace a través del homebanking o de una aplicación en el teléfono “que ahora son llamados inteligentes”.

Todo ello gracias al desarrollo del software y el hardware, de la mayor complejidad que han alcanzado los instrumentos electrónicos como PC, Tablet, los teléfonos inteligentes, IPod.

Por lo pronto debemos decir que la tecnología ya ha irrumpido en el mercado laboral: adviértase la utilización del internet, de celulares de última generación y en la modalidad del teletrabajo, hasta incluso portales como LinkedIn: “Comunidad social orientada a las empresas, a los negocios y el empleo Partiendo del perfil de cada usuario, que libremente revela su experiencia laboral y sus destrezas en un verdadero currículum laboral, la web pone en contacto a millones de empresas y empleados”.6

Hoy vemos el impacto de la tecnología a través de la aplicación de los drones como elementos de control en el ámbito del trabajo agrario; los trabajadores de call center y servicio técnico que ofrecen servicios o dar respuestas a reclamos pero encontrándose en otros países o cuanto menos en provincias diferentes de donde se encuentran sus interlocutores.

La legislación comienza a dar señales de adecuación o encuadre de estos fenómenos: la ley 27444 de desburocratización; los proyectos sobre regulación del teletrabajo (sobre el cual la SRT y las aseguradoras de riesgo de trabajo ya se están ocupando de regular).

La jurisprudencia también acompaña este proceso reconociendo carácter remunerativo al uso de celulares; la privacidad del mail institucional o corporativo (proporcionado por el empleador).

III.- FUTURO

Binomio futuro del trabajo – trabajo del futuro

El orden en que ubiquemos el objeto y el adjetivo calificativo no es una cuestión menor. Hablar del futuro del trabajo nos conduce a formular consideraciones cuantitativas: la disminución de la necesidad de mano de obra y la desaparición del trabajo asalariado y su reemplazo por robot o por el desvanecimiento de la actividad misma (no hay puestos de trabajo o ese trabajo ya no existe).

El trabajo del futuro, en cambio, nos conduce a un aspecto cualitativo: cómo será ese trabajo; que esperamos que sea; cómo podemos encausar este presente para alcanzar un trabajo en el futuro, decente, progresivo…

No es menos cierto que ambos aspectos cuanti y cualitativo van de la mano.

Desde siempre, o al menos desde que se sucedieron las Revoluciones Industriales fue preocupación de los autores el futuro del trabajo, encontrando algunos que insistían en que no había posibilidad de un futuro. En un trabajo presentado en IX CONGRESO DE REGIONAL DE LAS AMERICAS ILERA que se llevó a cabo en Buenos Aires en octubre de 2017, ya memorábamos a Jeremy Rifkin 7 quien considera que el fin del trabajo es algo que va a suceder indefectiblemente, debido a la globalización y la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones que aumentan rápidamente la productividad y que condena a la mayor parte de la población al desempleo.

Sin embargo, hoy con la aplicación de algoritmos, ya que su uso que se desarrolla como una onda expansiva, reaviva la preocupación del hombre trabajador (ya sea asalariado o no como lo refleja la obra de Oppenheimer “¡Sálvese quien pueda!”8.

Así llegamos a una primera reflexión: advirtiendo esta realidad es de sabios y prudentes no hacer oídos sordos y comenzar a pensar soluciones que encausen el tema.

En ese marco y como veremos, la Organización Internacional del Trabajo se ha ocupado y ocupa a través de estudios, informes y propósitos para ese futuro del trabajo.

También advertimos que el trabajo del futuro está ante nosotros. Su llegada fue prologada con la aparición del trabajo remoto o teletrabajo, que cambia el paradigma de ir a trabajar por lo que Jack Nills decía: el trabajo va a la casa. El impacto de esta modalidad puede ser asimilado al que podemos detectar cuando aceptamos que quienes desempeñan las llamadas “profesionales liberales” también trabajan bajo la subordinación de un empleador. Es más, ya no solo se considera trabajo el manual (fabril o productivo) sino también el intelectual.

  • Citado por Julio C. Neffa en “El trabajo humano”, editorial Distribuidora Lumen S.R., Buenos Aires, 2003.
  • El autor refiriéndose a un trabajo de Frey y Osborne explica: “Entre los trabajos que figuran con 96% de riesgo de desaparición están los cocineros –que ya están siendo reemplazados por brazos robóticos, t… las secretarias administrativas, los conserjes de hoteles.. También … los taxistas, mensajeros y camioneros… los guías de turismo, los técnicos dentales, los técnicos farmacéuticos, los carniceros, los asistentes de abogados y los contadores, dice el estudio de Osford”, Oppenheimer, Andres: “¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la AUTOMATIZACION2, Ed. Debate, Buenos Aires, julio de 2018, pág. 20.

Comienzan nuevas realidades, nuevas modalidades y con ellas dudas sobre la aplicación del Derecho del Trabajo, sobre las respuestas que deberá dar y si es capaz de darlas.

Los tópicos sobre el futuro

Pero hablar del futuro del trabajo nos lleva a considerar los siguientes tópicos:

  • Impacto cualitativo y cuantitativo en el trabajo y en las relaciones laborales
  • Impacto económico de la tecnología, en particular, su incidencia en el mundo del trabajo
  • El Derecho del Trabajo, su futuro

a.      Impacto cualitativo del trabajo

Resulta interesante (más allá de de lo acertado o cuestionable de sus conclusiones finales) una descripción que sobre la evolución efectúa el Premio Nobel, Jeremy Rifkin: “….Los saltos cualitativos en el empleo siempre se producen en períodos de la historia en que se establecen nuevos regímenes energéticos y se diseñan infraestructuras adaptadas a dichos sistemas. La utilización del carbón y la energía de vapor y el trazado de la infraestructura ferroviaria continental entre el final de la guerra de secesión y la primera guerra mundial en los Estados Unidos y Europa crearon millones de puestos de trabajos, al igual que el uso del petróleo y la introducción del motor de combustión interna y el trazado de carreteras y electrificación de fábricas y comunidades en los primeros sesenta años del siglo XX. Estos nuevos regímenes energéticos –primera y segunda revolución 9

Como adelantábamos el impacto de la tecnología se evidenciará en el aspecto cualitativo del trabajo. Más allá que no sepamos la magnitud o los límites que puede alcanzar, ya advertimos que habrá cambios e incluso somos testigos de algunos de ellos: 9 industrial-, una vez en funcionamiento, generaron grandes saltos en la productividad y posibilitaron la aparición de nuevos tipos de bienes, servicios y mercados, lo cual derivó a su vez en la creación de nuevos empleos…”[4]
Más adelante y en referencia a las tecnologías afirma que: “… las nuevas tecnologías en los campos de los ordenadores y de las telecomunicaciones están, finalmente, produciendo los impactos largamente anunciados sobre el mercado laboral y sobre las economías nacionales, llevando a las diferentes comunidades que conforman nuestro mundo actual al inicio de una tercera gran revolución industrial…”.[5] Si bien estas consideraciones del Premio Nobel se realizan en la década del ´70 del Siglo pasado, sirven como introducción en este aspecto.

+ el trabajo remoto, el teletrabajo son dos modalidades que introducidas hacia finales del siglo pasado y producto de la innovaciones tecnológicas, han ido evolucionando;

+ un entorno de trabajo más flexible;

+ trabajo customizado: el desarrollo profesional queda en manos del trabajador;

+ cambios en los niveles gerenciales.9

+ jornadas de trabajo con límites menos definidos.

+ la aparición de fenómenos como el ciberbullyng o ciberacoso.

+ tareas más intelectuales, creativas y menos manuales.

  • MELAMED, Alejandro: ocit.

10 Es probable a la luz de los datos que los diferentes autores aportan sobre el tema o temas relacionados, que hayan tareas que por su precisión o por tratarse de tareas repetitivas puedan y deban ser realizadas por máquinas, robots.

Ya será difícil ver trabajos extenuantes o que requieran de un esfuerzo físico en cabeza del trabajador; hoy en día cuenta con herramientas más o menos sofisticadas, en un futuro mediato (aunque no hay claridad en cuán mediato: si en cinco años, más o menos) serán las máquinas con un cierto grado de autodeterminación (y en el límite de su programa maestro) las que realizarán los trabajos.

Ello nos lleva al próximo punto…

b.      Impacto cuantitativo del trabajo

Esta ha sido una preocupación constante en cada una de las revoluciones industriales: la agrícola, la industrial, el motor…

Este factor de preocupación es: la pérdida del trabajo y la posibilidad de generar nuevos trabajos.

Aquí nos encontramos con varias posturas sobre este tema en particular: algunos consideran que desaparecerán trabajos, otros albergan la creación de nuevos empleos y los más pesimistas (tecnopesimistas) que la capacidad de generar nuevos empleos no logrará cubrir aquellos que hayan desaparecidos.

Rifkin sostiene que: “Las empresas han iniciado rápidos procesos de reestructuración de sus organizaciones para adaptarlas al uso de ordenadores. En el proceso se eliminan puestos tradicionales de dirección; se concentran categorías laborales, creando equipos multidisciplinarios de trabajo; se instruye a los empleados en distintas habilidades, acortando y simplificando los procesos de producción y de distribución perfeccionando los procesos administrativos… Este enorme incremento en la productividad.”10

Visto de esta manera, la visión del futuro no resulta alentadora, más podemos advertir, como lo hace Alejandro Melamed en su obra “El futuro del Trabajo y el Trabajo del futuro” que el panorama no es tan desalentador, cuando hace referencia a un estudio de DELOITTE LTTDE 2015 el cual dice: “La tecnología ha transformado la productividad y los niveles de vida –dicen Stewart, De y Cole, los autores del estudio de Deloitte-, y, en el proceso, crearon nuevos empleos en sectores novedosos. Las máquinas seguirán reduciendo precios, democratizando lo que alguna vez estuvo reservado a una minora y suministrando ingresos que serían dedicados a áreas de la economía nuevas o existentes. Las máquinas tomarán la posta de trabajos basados en actividades repetitivas, pero no parece ni por asomo que vayan a eliminar la necesidad de trabajo humano en mayor medida que en los pasados 150 años…[7]

En la Revolución Industrial, las manos del artesano textil fueron reemplazadas por el telar mecánico, manejado por las manos de un trabajador de baja calificación –o, en sus inicios, por las diestras manos de un niño-. En la Segunda Revolución Industrial, las manos de los trabajadores textiles (uno por máquina) fueron remplazadas por la línea de producción, un operador accionando ad nausean cada pequeña tarea (botón, palanca, manivela) hasta la alienación. En la tercera Revolución Industrial las manos del trabajador pasaron a actuar sobre la pieza a hacerlo sobre el tablero de control numérico. En la Cuarta Revolución Industrial, el tablero actúa solo11”

Es decir que pese a no conocer a ciencia cierta cómo afectar el mercado laboral, el impacto en la oferta y demanda de trabajo, es un hecho que habrá una etapa de desequilibrio que deberá procurarse recomponer con ideas novedosas, primer desafío.

  • RIFKIN, Jeremy: ocit.
  • LEVY YEYATI, Eduardo: “Después del trabaj El empleo argentino en la Cuarta Revolución Industrial”, Editorial Sudamericana, abril de 2018, pág. 38.

El reemplazo de mano de obra humano por el robot ya es un hecho. Inicialmente en la industria pesada, o se ve en hoteles de primer mundo en los cuales la recepción es atendida por un robot y la atención en la habitación se obtiene a través de dispositivos electrónicos.

Más próximo a nuestra experiencia cotidiana encontramos los cajeros automáticos y una serie de operaciones otrora realizadas con la intervención de un empleado –cajero-, hoy lo hace el propio cliente que interactúa con la entidad bancaria por medio del homebanking.

c. Impacto económico de la tecnología, en particular, su incidencia en el mundo del trabajo: la economía colaborativa

Consiste en una oleada de nuevos negocios que se sirven de internet para poner en contacto a clientes con proveedores de servicios a fin de realizar transacciones en el mundo real, como el alquiler de apartamentos por breves períodos, trayectos en coche o tareas del hogar… los partidarios de la Economía colaborativa la describen como una nueva clase de negocios, y otras como un movimiento social…”12.

Este es el marco en que se está gestando en nuestros días el trabajo del futuro y en cuyos conceptos se desarrollan las transacciones para algunos comerciales y para otros de neto corte laboral.

Las tecnologías y su desarrollo continuo, el internet son circunstancias que han hecho propia la economía colaborativa. Buscando dar respuesta a ciertos grados y tipos de insatisfacción o necesidades (sea porque no alcanza el dinero o porque quiero ser mi propio jefe) surge este concepto que impactó en el mundo del trabajo.

  • SLEE, Tom: “Loi tuyo es mío. Contra la economía colaborativa”, taurus, Buenos Aires, abril de 2017, pág.

Este tipo de economía crece en la medida en que se crean nuevos desarrollos tecnológicos que generan plataformas para que los usuarios intercambien bienes y servicios al margen de las empresas tradicionales. Es un modelo de trabajo que les ha dado buenos resultados a los innovadores tecnológicos, quienes crean las plataformas necesarias para el intercambio colaborativo, operando con mínimos costos y convirtiéndose en mediadores dominantes de un sector, lo cual les permite quedarse con un porcentaje de cada transacción”13.

Los fenómenos que aparecen en esta economía colaborativa son los UBER, PIDALO YA, GLOVO. Partiendo de la idea de acercar a quien necesita trasladarse y quien puede proporcionar ese traslado; quien requiere recibir un producto o alimento y quien puede efectuar esa entrega. Un delibery a medida.

Representa un desafío su encause normativo ya que hay una intencionalidad de precarizar el trabajo subordinado bajo el argumento, a manera del canto de las sirenas de La Odisea, de ser su propio jefe y disponer de tiempos conforme el libre albedrio del trabajador o mediante la mano de obra extranjera que ante la necesidad de lograr ingresos para su subsistencia acepta las condiciones que el mercado colaborativo le ofrece.

Aquí está la preocupación y sobre la cual los actores sociales del Derecho del Trabajo, legisladores, abogados, magistrados, asociaciones sindicales, deben trabajar y ocuparse.

Destacamos que estas circunstancias, creemos, que no hubieran encontrado lugar sino fuera por la presencia del binomio “algoritmo-capital” al que nos refiriéramos precedentemente.

  • Fernández Villar, Lucía, “NUEVAS REALIDADES LABORALES: EL TRABAJO POR PLATAFORMAS DIGITALES O

“APPS”. EL CASO DE UBER”, Doctrina Laboral Errepar, Tomo/Boletín XXXIII, febrero de 2019.

Debe formularse una salvedad: no es cuestionable, no está mal querer ser su propio jefe, ser el titular de su propia empresa y son válidos cuanto esfuerzo se haga para alcanzar tal objetivo; lo que es cuestionable y objeto de preocupación es la estructura elegida para alcanzar dicho fin.

En el Resumen Ejecutivo publicado por la O.I.T. que lleva el nombre “Las plataformas digitales y el futuro del trabajo: Cómo fomentar el trabajo decente en el mundo digital”14 leemos: “Las plataformas dedicadas a la asignación de microtareas son plataformas digitales que brindan a empresas y a otros clientes acceso a una fuerza de trabajo extensa y flexible (o «crowd») para llevar a cabo tareas generalmente de poca envergadura que pueden ser realizadas a distancia haciendo uso de una computadora y de Internet. Se trata de tareas diversas que van desde la identificación, transcripción y

anotación de imágenes hasta la moderación de contenidos y la recopilación y el procesamiento de datos, pasando por la transcripción de audio y vídeo, y la traducción. En las plataformas, los clientes publican paquetes de tareas que deben ser completados, mientras que los trabajadores seleccionan tareas y reciben un pago por cada tarea que realizan. El pago que reciben los trabajadores corresponde al precio indicado por el cliente menos la comisión que cobran las plataforma”.

Para muchos no se trata de un trabajo diferente del asalariado, para otros es una forma novedosa de precarizarlo.

Estas manifestaciones hoy constituyen lo que los autores llaman fuentes materiales del derecho y hasta tanto no surjan normas propias regulatorias, la creatividad unidad a los principios de nuestra disciplina sabrán dar respuesta a estas formas de trabajar.

d. El Derecho del Trabajo: su futuro.

d.1 Relaciones laborales: las tecnologías ya están insertas en el Derecho del Trabajo

Más allá de los temores por el futuro es un hecho que las tecnologías ya han hecho su irrupción en el mercado de trabajo, en general y en la relación laboral en particular.

Mencionábamos la red social LinkedIn, como medio para que los interesados puedan ofrecer su trabajo o servicios e incluso brindar referencias sobre sus cualidades.

En el marco normativo, podemos mencionar la ley 24013 que en varios artículos hace referencia a la tecnología:

+ art. 22: “A los efectos del artículo anterior, además de las medidas específicas que contempla la presente ley, el Poder Ejecutivo instrumentará acciones dirigidas a:….e) Atender a los efectos sobre el empleo de las políticas tecnológicas de modo que, a la par de buscar una mayor eficiencia económica en áreas prioritarias, preserve para otros sectores un balance más equilibrado en el uso de recursos;…”

+ art. 23: “La incorporación de tecnología constituye una condición para el crecimiento de la economía nacional. Es un derecho y una obligación del empresario que la ley reconoce, garantiza y estimula, y en la medida que afecta las condiciones de trabajo y empleo debe ser evaluada desde el punto de vista técnico, económico y social”.

+ art. 24 de la ley de empleo en uno de sus incisos dice: “Las comisiones negociadoras de convenios colectivos tendrán obligación de negociar sobre las siguientes materias: a) La incorporación de la tecnología y sus efectos sobre las relaciones laborales y el empleo;..”

+ art. 98 cuando regula el procedimiento preventivo de crisis, la ley nacional de empleo prescribe: “ Con carácter previo a la comunicación de despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, que afecten a más del 15 por ciento de los trabajadores en empresas de menos de 400 trabajadores; a más del 10 por ciento en empresas de entre 400 y 1.000 trabajadores; y a más del 5 por ciento en empresas de más de 1.000 trabajadores, deberá sustanciarse el procedimiento preventivo de crisis previsto en este capítulo.”

Por su parte, los Tribunales del Trabajo han tenido oportunidad de pronunciarse sobre conflictos relacionados con el uso de celulares, los e-mails, e incluso de internet.

Destacamos que la OIT ha expresado su interés por el futuro del trabajo:***

La preocupación sobre cómo será el futuro del trabajo comprende: los desafíos que se deberán enfrentar, incertidumbres sobre cuál será la magnitud de aquel impacto, y la convicción que se debe alcanzar la configuración de un trabajo decente, al alcance de todos y encuadrado en el principio de la progresividad (derivado del principio protectorio), bajo la regulación de un Derecho del Trabajo acorde y siempre tuitivo.

d.2. El futuro del Derecho del Trabajo es hoy.

En efecto, hoy debemos enfocar nuestro estudio en la relación que se entabla entre quienes desarrollan el trabajo a través de una aplicación. Es servicio que presta que, en tanto revista los caracteres de dependencia en los términos del art. 22 de LCT, no habrá duda alguna que es una relación de trabajo.

En el informe referido de la O.I.T. también leemos: “La emergencia de las plataformas digitales de trabajo supone uno de los cambios más importantes acontecidos en el mundo laboral en los últimos diez años. Existen dos tipos de plataformas: las plataformas en línea, en las cuales el trabajo se terceriza mediante convocatorias abiertas a una audiencia geográficamente dispersa (una modalidad también conocida como

«crowdwork»), y las aplicaciones (o apps) móviles con geolocalización, en las que el trabajo se asigna a individuos situados en zonas geográficas específicas. Si bien estas plataformas digitales son el resultado de avances tecnológicos, el trabajo que generan se asemeja a muchas modalidades laborales que existen desde hace tiempo, con la diferencia de que cuentan con una herramienta digital que sirve de intermediario”.

El próximo paso es superar el desafío de descubrir en cada una de las particulares manifestaciones de esos trabajos los elementos distintivos de la relación de trabajo. Herramientas insoslayables para ello: los principios del Derecho del Trabajo y la función que a ellos se les reconoce, la detección de los derechos y potestades que se asignan los empleadores para luego aplicar las normas laborales ya existentes (al menos hasta que se determine si son suficientes o se requiera de un aggiornamento)

Difícil olvidar el importante rol de la negociación colectiva, instrumento creador de normas, tal vez el más apto para dar respuestas y contención a estas nuevas modalidades en razón de la inmediatez de los actores sociales en su faceta colectiva con este fenómeno de la economía colaborativa.

Prueba de ello la constitución y al momento de escribir este trabajo, la tramitación de la personería gremial la Asociación de Personal de Plataformas.

Ahora bien, los desafíos que tiene por delante el Derecho del Trabajo y el trabajo mediante las aplicaciones son varios, entre los cuales está resolver el vínculo entre el

trabajador y quien utiliza los servicios de la aplicación para delivery: ¿será de aplicación el art. 30 LCT?.

Los nuevos riesgos de trabajo: a las patologías ya conocidas, surgen nuevas y no debemos descartar el aumento de cierta siniestralidad relacionada con el transporte (moto, bicicleta, automóvil) que utilizan los trabajadores. Aquí advertimos la necesidad de revisar y adoptar las normas sobre higiene y seguridad en el trabajo.

3.  LA TECNOLOGÍA Y EL TRABAJO: ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS

En un mundo preocupado no solo por las fuentes de trabajo, sino también por la inclusión social, la tecnología puede resultar una herramienta para alcanzar la incorporación de trabajadores al mercado de trabajo.

Así tenemos que el trabajo remoto o el teletrabajo (producto de la aplicación de la tecnología) son alternativas que no podemos ignorar.

Brindan la posibilidad de adaptación de los horarios a las exigencias personales y/o familiares y en algunos casos sin salir de sus casas, la proximidad con la familia (mujeres embarazadas o con bebés) y el acceso al trabajo de las personas minusválidas y/o presos que no pueden desplazarse, facilita insertar a quienes ya sea por su localización geográfica, o producto de la imposibilidad de trasladarse (mujeres embarazadas, minusválidos o presos) no pueden acceder a un trabajo, con la consecuente dignidad que el mismo aporta.

Aun cuando se adviertan dificultades tales como el aislamiento, indeterminación del tiempo de trabajo, flexibilidad de la jornada laboral, la imposibilidad para algunos de separar la vida privada de la profesional, es posible15 enfrentarlas y superarlas.

Sin embargo no podemos omitir hacer cuanto menos una breve referencia a aquellos autores que ven en la implementación de las TIC´S la ratio última del desempleo, el cual necesariamente es un síntoma de exclusión.

En honor a la brevedad ya nos hemos referido a uno de ellos, Jeremy Rifkin[14] quien considera que el fin del trabajo es algo que va a suceder indefectiblemente, debido a la globalización y la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones que aumentan rápidamente la productividad y que condena a la mayor parte de la población al desempleo.

El autor sostiene que para hacer frente a esa situación hay que constituir un “tercer sector” situándolo fuera del Estado y del mercado y otorgar a sus integrantes un ingreso de existencia en contrapartida de trabajos en empleos atípicos, para permitir la sobrevivencia de las víctimas directas o indirectas de esas transformaciones.

Nosotros, por el contrario, preferimos adherir a la postura de aquellos autores que ante tal panorama sostienen que el desempleo debería explicarse, entre otras causas, por la tasa de crecimiento de la POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA, que, es superior a la del empleo; que la disminución del volumen de empleo y de las horas de trabajo son claramente visibles en el sector manufacturero, pero al mismo tiempo crecen y se compensan en las actividades terciarias y de servicios y que en todos los sectores y ramas de actividad se incrementa el contenido inmaterial del trabajo. En definitiva: la mano del hombre será seguirá siendo indispensable, porque es el instrumento a través del cual la creatividad de aquel se expresa.

4.  LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (O.I.T.)

En el año del Centenario de su creación, la OIT ha expresado su interés por el futuro del trabajo: “El mundo del trabajo experimenta un importante proceso de cambio. Son diversas las fuerzas que lo están transformando, desde el avance de la tecnología y el impacto del cambio climático hasta la evolución de la producción y el empleo, por nombrar algunas. La OIT necesita comprender estos desafíos y aportar respuestas eficaces para poder impulsar su mandato a favor de la justicia social. Por este motivo, el Director General de la OIT, Guy Ryder, lanzó “La iniciativa sobre el futuro del trabajo” y creó una unidad específica en la Oficina”16.

La Comisión sobre el Futuro del Trabajo elaboró un informe independiente sobre la forma en que se podrá forjar un futuro del trabajo que ofrezca oportunidades de empleo decente y trabajo sostenible para todos. Este informe fue presentado en Ginebra el 22 de enero de 2019 y será sometido a consideración de la reunión del centenario de la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2019.

En los últimos 18 meses, en preparación de la puesta en marcha de la Comisión Mundial, los mandantes tripartitos de la OIT – gobiernos, empleadores y trabajadores – han celebrado diálogos nacionales en más de 110 países.

El trabajo de la Comisión se ha estructurado en torno a cuatro «conversaciones del centenario»:

  • Trabajo y sociedad
  • Un trabajo decente para todos
  • La producción y la organización del trabajo
  • La gobernanza del trabajo

16 https://www.ilo.org/global/topics/future-of-work/WCMS_517566/lang–es/index.htm, fecha de acceso 11-3-2019.

En el informe elaborado que lleva el título: “Trabajar para un futuro más prometedor: Informe de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo” propone un programa para el futuro del trabajo centrado en las personas que fortalezca el contrato social situando a los hombres, las mujeres y al trabajo que realizan en el centro de las políticas económicas y sociales y en la práctica empresarial.

Este programa se asienta en tres ejes de actuación que, combinados entre sí generarían crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones presentes y futuras:

1. Incrementar la inversión en las capacidades de las personas

  • Incrementar la inversión en las instituciones del trabajo
  • Incrementar la inversión en trabajo decente y sostenible

Es decir, ya se están planteando las pautas sobre cómo quiere que sea ese futuro del trabajo y el trabajo del futuro.

5. A MODO DE CONCLUSIÓN

En su constante evolución el hombre ha superado los cambios que, inicialmente, generaron expectativas, temores, esperanzas, desafíos.

Hoy, transitando esta Cuarta Revolución Industrial se plantean nuevos retos para un futuro que llega todos los días, en razón a la velocidad vertiginosa de los cambios por encontrarse favorecidos y gestados por la tecnología.

Lo digital es hoy una realidad que viene acompañado de novedosas formas de trabajar que bajo la apariencia de figuras no laborales, procurar evadir las normas laborales.

Adquieren una gran relevancia hoy los principios y las instituciones que nos proporciona el Derecho del Trabajo, como disciplina tuitiva. Sabemos que será necesaria una necesaria adecuación, aggiornamento y creación de normas capaces de dar respuestas a los desafíos y al impacto de la tecnología en materia laboral, con la clara meta de alcanzar un trabajo digno e inclusivo.