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Hablemos del encuadramiento del sector tecnológico en Argentina

María Ximena Solís

 

Resumen: En el presente trabajo realizaré el abordaje hacia una temática resonante en estos últimos tiempos, asunto que ha sufrido una profundización post pandemia a nivel global. No obstante no es algo que se gestó en ella, sino que viene de larga data, producto del  avance tecnológico y el extenso uso del software desde la última década que ha facilitado el surgimiento de nuevos modelos de negocio. Entre ellos se destacan las compañías fintech o más conocidos como bancos y billeteras virtuales, softwares factories el sector IT, edtechs, innumerables Apps de servicios, empresas de staff augmentation, que no solo han impactado en las finanzas y maneras nuevas de consumo, sino también en el mundo del trabajo y en su representatividad. Este artículo se propone reflexionar acerca de los conflictos laborales que surgen en torno a los tipos de compañías mencionadas más arriba, algunas de ellas no identificadas por las cámaras empresarias y las organizaciones sindicales, además la no respuesta o falta de información frente al aumento de competitividad/demanda torna al sector en uno cuasi informal.  Debemos reconocer que son parte de la economía digital estos nuevos fenómenos.

A través de la revisión documental y la contrastación de las perspectivas entre actores, se concluyó que las actuales disputas laborales en torno al sector tecnológico revisten un profundo carácter antinómico con las formas del trabajo a las que estamos acostumbrados y la legislación ha de actualizarse.

 

Palabras claves: Avance tecnológico – Economía Digital – Sector Tecnológico – Conflictos laborales

Introducción:

 

En las relaciones laborales de la economía globalizada, se están produciendo cambios tan trascendentales como irreversibles. Como puntos principales destaco la desigualdad y los diferentes niveles de desarrollo de países inmersos en la nueva era, el aumento de consumismo y endeudamiento por correr detrás de la rueda, cambios -positivos y negativos- en diferentes aspectos de la vida. La mayor integración económica mundial y las posibilidades que derivan de los avances técnicos, sobre todo de la aplicación de las nuevas tecnologías de la información en los procesos productivos, han hecho que para el trabajo exista hoy un mercado global y no mercados nacionales.

 

Habiendo innumerables autores y estudiosos que ahondan sobre la temática “globalización-relaciones laborales”, y para no sonar redundante, quisiera realizar mi aporte de opinión en torno a lo más significativo, a mi entender, en la actualidad, y abrir el debate a la inserción de nuevas tecnologías en el mundo laboral, lo cual repercute realmente en que no haya fronteras para trabajar, con sortear alguna barreras horarias e idiomáticas, hoy con la digitalización de los procesos de empleo, se fomenta el trabajo desde cualquier parte del mundo. Impresiona la cantidad de empresas y/o organizaciones dedicadas al área tecnológica IT, ya sean edtechs, fintechs/bancos digitales, softwares factorys, empresas de staff augmentation, que han sido fundadas en los últimos años.

 

Celebramos que sean generadoras de empleo, que hayan introducido cambios positivos y mejorado en parte el estilo de vida del sector en torno a proyectos y vida financiera, a su vez, cuestionamos la fuga de cerebro que propulsan en economías subdesarrolladas o tercermundistas, dada la poca oferta de profesionales disponibles frente a la demanda de puestos en el extrajero, con salarios dolarizados y virtualizados, entre otros beneficios.

 

Sin duda alguna, la pandemia y el covid, han sido aceleradores del cambio, en torno al mundo tecnológico digital, aumentando la brecha y generando revolución. Las nuevas relaciones laborales, no tienen la misma forma que tenían, ¿Empleadores/Empleados? ¿Sindicatos? ¿Estado? ¿División del trabajo? ¿Retenciones y tributos? ¿Quién regula? ¿Quién representa? ¿Qué es todo esto?

 

En nuestro país además, esto ha promovido que la típica relación de dependencia- por diversos motivos-, no sea la elegida por los profesionales con expertise digital al momento de tener aceptar una oferta laboral, lo que da crecimiento del ámbito laboral de las relaciones “grises” (no registradas según legislación), porque claramente estos sujetos no tienen tinte de profesionales 100% independientes. Entonces es ahí donde nos debemos plantear la necesidad de reconocer una tercera categoría de trabajadores, como la llaman algunos estudiosos, o bien trabajadores autónomos económicamente dependientes, y dónde el mundo está trabajando para garantizar protección laboral e inclusión. Entendemos que lograr el consenso mundial no es algo sencillo, ya que la propia OIT tiene una deuda en materia de referencia.

 

Cierro este juicio de valor, adicionando que tengo conocimiento de la existencia de las Normas Internacionales del Trabajo de la OIT nacidas como mecanismo de control basadas en el respeto por los derechos, asegurar la libertad, velar por la libertad sindical, la seguridad y promover el trabajo decente, así también para paliar las diferencias que nos dejó la globalización, sin embargo la competencia es tan grande que suele escaparse la aplicación de la universalidad de estas normas, muchas veces promovidas por los generadores de empleo y muchas otras, “elegidas” por los trabajadores. Con el debido cuidado de utilizar las comillas en la palabra elegir, ya que, la realidad nos indica que, en muchas ocasiones, la posibilidad de elegir, no es para todos igual. Grandes masas de mano de obra no calificada y semicalificada se están encontrando fuera de la competencia en la nueva economía de mercado, es menester que se realice una adecuación de las políticas colectivas para reducir la asimetría.

 

“El trabajo no es una mercancía y que la pobreza, en cualquier lugar, constituye un peligro para la prosperidad de todos” Declaración OIT de Filadelfia, 1944.-

 

Concluyendo, no podemos seguir cayendo en la actual separación: o sos trabajador independiente- reducido en la figura del monotributista- o sos trabajador en relación de dependencia. Sin duda, tenemos una deuda en materia. Reitero la necesidad de incluir, para así, facilitar el encuadramiento y protección de la existencia de estas nuevas formas, y la adaptación y/o actualización de nuestra legislación. Abordaré este asunto mediante diferentes fuentes.

 

¿A qué nos referimos con la palabra Encuadramiento?

 

Veamos, si buscamos la palabra “encuadrar” en un diccionario encontramos lo siguiente: Establecer o marcar los límites espaciales, temporales, culturales, económicos, políticos, legislativos, etc., que rodean algo o a alguien y determinan en parte sus características.

 

Y si contextualizamos la misma palabra pero en la disciplina del Derecho, arroja la siguiente definición: Determinar los límites de algo, incluyéndolo en un esquema u organización. Distribuir a las personas conforme a un esquema de organización determinado, para que participen en una actividad política, militar, sindical, etc.

 

Si alineamos el concepto al de Encuadramiento Sindical nos someteremos a uno de los institutos más complejos del Derecho laboral Colectivo. Pero, ¿qué es el encuadramiento sindical? La respuesta de la doctrina dista de ser pacífica. Algunos autores lo definen como “un conflicto intersindical” (Rodríguez, E. – Recalde, H. 1989, p. 277) o “un conflicto intersindical de derecho” (López, G. 1988, p. 101). Otros ven en el encuadre sindical un acto que consiste en “determinar” (Vázquez Vialard. 1981, p. 184) o “delimitar” (Corte. 1994, p. 544) en un caso concreto, cuál es el sindicato que representa a los trabajadores de determinada empresa o establecimiento. Por otra parte Luis Pablo Slavin ve al encuadramiento sindical como un “procedimiento” destinado “a poner fin a un estado de incertidumbre” respecto de cuál es el sindicato que representa a los trabajadores de determinada empresa o establecimiento (Salvin. 2001, p. 79) y Héctor Ornar García lo considera “un procedimiento contradictorio” entre dos o más sindicatos con personería gremial cuya finalidad es “dilucidar cuál de ellas se encuentra legitimada” para representar “a un cierto grupo, categoría o sector de trabajadores” (García. 2010, p. 456, T. III).

 

En el presente escrito será tomado el significado amplio en Derecho laboral para darle un sentido a qué nos referimos cuando mencionamos y debatimos sobre encuadrar a estos trabajadores que están siendo expulsados por nuestro actual sistema y normativa. Asimismo adhiero a las palabras de Vazquez Vialard en el sentido de encuadramiento sindical.

 

Contextualización sector IT:

 

Me enfocaré en describir el área y los trabajadores, a quienes nombraré en adelante como trabajadores IT (information technology, tecnología de la información en español). Es menester mencionar que en este rubro las empresas compiten entre sí por un número muy limitado de candidatos. La mayoría de ellos ya tiene trabajo, o cuentan con varias ofertas en curso.

Empecemos  a adentrarnos en lo más básico, ¿qué entendemos cuando hablamos del sector IT? Es difícil dar una definición única que resuma todo lo que engloba este sector, resumimos sus puntos más importantes:

Es el resultado de aplicar conjuntamente lo que ofrecen las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, que hace tiempo que empezaron a dejar de considerarse por separado.   Engloba una parte de la economía que incluye servicios tales como la generación e intercambio de información, la tecnología, la consultoría, y la investigación y desarrollo. Está encaminado hacia la innovación y la automatización de procesos. En cuanto a la accesibilidad educativa, su accesibilidad es amplia, mediante las escuelas tecnológicas especializadas en la formación tipo bootcamp[1], este sector es accesible a cualquier persona sin necesidad de invertir 4 o 5 años en una carrera específica. Debido a la alta demanda de perfiles, se ha creado un gran ecosistema que ofrece formación en las últimas tecnologías a personas que parten de cero. Esto provoca que para muchas personas sea una segunda carrera o una segunda elección formativa en sus vidas, que repercute de una manera radical. Por último es transversal a muchos sectores, este punto es muy importante, ya que refleja muy bien el alcance tan grande de este sector y la importancia cada vez más grande que tiene en nuestra sociedad.

Para contextualizar aún más, puestos como los desarrolladores Full Stack, los Data Scientists, los expertos en ciberseguridad e infraestructura digital, los desarrolladores de aplicaciones móviles, los DevOps o los UX/UI y Product Managers, son algunos de estos puestos tecnológicos que pertenecen al sector IT.

Conozcamos algunos de los sectores que más se han visto envueltos por la aplicación de tecnología y de qué manera han ido ganando terreno:

  • Educación: está habiendo un cambio de paradigma, cada vez se apuesta más por la formación online y en directo además de otras plataformas de e-learning que se apoyan en Machine Learning.
  • Sector financiero: fueron de los primeros en sufrir la transformación digital acentuada por la aparición de las Fintech. Las grandes empresas de este sector han validado herramientas que les permiten analizar y procesar la infinidad de datos que se generan todos los días. Así, gracias a tecnologías como el Machine Learning[2] y el Deep Learning, se pueden permitir cosas que antes parecían imposibles, como la predicción de riesgos y la detección de fraude.
  • Comercio y marketing: existe una tendencia enorme hacia el e-commerce, ya no compramos en tiendas físicas, lo hacemos online.  El 98% de las personas se informa sobre proveedores y productos que quieren comprar a través de internet. Las redes sociales también han ayudado a la evolución de los e-commerce.
  • Sanidad: Es uno de los sectores que más inmerso está en este cambio tecnológico. Por ejemplo, ahora desde el teléfono celular podemos pedir citas, recibir resultados médicos e, incluso, monitorizar ciertas enfermedades y patologías. La impresión 3D también ha sido un hito muy importante, así como la robotización de ciertas prótesis e incluso la utilización de realidad virtual y realidad aumentada para la rehabilitación de pacientes con parálisis cerebral, por ejemplo.
  • Retail: ha sido uno de los grandes beneficiarios de esta digitalización ya que ha conseguido simplificar los procesos de compra mejorando mucho la experiencia de usuario, reduciendo los tiempos de entrega y ampliando sus canales de venta no solo a tiendas físicas sino también a online. Además, los datos que se recogen de los consumidores permiten una mayor segmentación y el diseño de una oferta más personalizada y, por tanto, más accesible para el público objetivo.
  • Industria: se ha conseguido mejorar la seguridad de los empleados, predecir el fallo de las máquinas y mejorar los procesos reduciendo costes y tiempos. La hiperconectividad de las máquinas (IoT o internet de las cosas) es la responsable de esta gran evolución en el sector, conocida como la cuarta revolución industrial o Industria 4.0.
  • Turismo: este sector lleva ya unos años invirtiendo en digitalización y beneficiándose de todas sus ventajas. Gracias a ello nos encontramos con avances como entradas autónomas en casas de alquiler, domotización de las instalaciones y facilidades a la hora de realizar el check-in y check-out. A la hora de volar nos evitamos muchas aglomeraciones y esperas innecesarias. Además, un dato curioso es que ahora el consumidor gestiona de manera individual su propio viaje, desde el alojamiento, vuelos, coche, entradas y salidas a través de internet y de aplicaciones móviles.

 

El quid de la cuestión:

 

Hasta acá, parecen ser todos cambios positivos, y sí lo son. Sin embargo, como mencioné en el primer párrafo del apartado anterior, existe una competitividad exacerbada entre empresas por atraer/captar, retener talento, y mantenerse a la vanguardia.

Según datos de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), históricamente en el país hay un déficit de 5.000 puestos sin cubrir, cifra que puede convertirse en 15.000 si se contempla, además, la demanda insatisfecha de posiciones IT en otros sectores de la economía.

 

Seguramente han escuchado hablar del recruitment IT o reclutamiento de perfiles tecnológicos, proceso mediante el cual se abastecen las empresas de candidatos  y realizan el primer acercamiento, me atrevería a decir que éste es un proceso inverso al que estamos acostumbrados: dónde se publica un aviso de vacante laboral y se reciben postulaciones. Este proceso, sintéticamente corresponde a contactar candidatos mediante redes profesionales (linkedIn, bootcamps, behance, github, portfolios, etc) y realizar el ofrecimiento laboral. Esto es así dado que si se publicará un aviso, hipotéticamente no se recibirán postulaciones. Dicho de otro modo, hay que salir a buscar candidatos talentosos. La demanda es más alta que la disponibilidad de recursos para trabajar.

Desde la órbita empleadora es una gran problemática la que enfrentan las empresas nacionales o aquellas multinacionales que han invertido en nuestro país en la rama del desarrollo de software o servicios informáticos, ya que deben construir fuertes estrategias a fin de sostenerse competitivas en el mercado.

 

Estrategias basadas en branding y marca empleadora (fundamentadas en rankings como por ejemplo, mejores empresas tecnológicas para trabajar / best place to work), también en difusión entre empleados con programas de referidos a cambio de bonos, en crear paquetes de beneficios atractivos, que complemente al componente salarial, que claro, no es suficiente por sí solo. Apuestan al homeoffice 100%,  kits de bienvenidas, otorgar planes médicos asistenciales para todo el grupo familiar, bonos extras, commodities, clases de inglés in company, plataformas de descuentos y premios en diferentes rubros, vacaciones pagas adicionales a las que imparte la ley o el CCT, licencias extendidas, cubrir gastos de posgrados, etc.

 

En otro orden, se ven arrastradas a elevar estrategias fuera de las legales, producto de que los salarios sufren altas retenciones impositivas y también porque compiten con el mercado extrajero. El común denominador está marcando la tendencia de simular una relación de consultante, o contractor, es decir abonar un valor por la prestación de servicios recibida, como si fuese un trabajador independiente, sin registración alguna o deficiente, incluso abonando es monedas que no son de curso legal en nuestro país, como ser el dólar, o las criptomonedas.

 

Desde la órbita de los trabajadores IT, en el caso que sean empleados en relación de dependencia, en su gran mayoría son fuera de convenio o mal encuadrados.

Si por el contrario no tienen relaciones laborales debidamente registradas, o trabajan desde Argentina para el exterior se enfrentan a encuadrarse bajo la figura de evasores impositivos, hacen malabares para intentar cumplir con cuestiones contables, a pesificar sus ingresos,  a no tener a dónde canalizar consultas si las cosas no salen del todo bien, a no tener vacaciones pagas o licencias legales por ser contractors o consultantes, a tener que pagar una prepaga de salud para su grupo familiar completo, a no tener aportes de jubilación.

 

Otra parte de los trabajadores IT se enfrentan a conflictos de tercerización con las conocidas empresas de consultoría proveedoras de personal.

Cabe mencionar también, las disputas que se generan por hacer valer su derecho a la desconexión digital, derecho que por trabajar de manera 100% remota o teletrabajar es menospreciado.

 

En resumen y para concluir, lo antes descripto no intenta ser un listado taxativo de las cuestiones en las que se inmiscuyen los actores, sino que intenta transparentar la realidad que atraviesan en el día a día en la era de la transformación digital. El último estudio de Argencon[3] sobre Economía del Conocimiento enciende una señal de alarma sobre la «significativa fuga de cerebros protagonizada por profesionales de nivel medio y alto que migran al mercado informal para cobrar sus servicios en ‘dólares libres’, y una fuga de empresas que ubican sus operaciones en países con mejores contextos normativos, cambiarios y tributarios, donde pueden percibir el valor pleno de sus exportaciones». Lo cierto es que además de existir una brecha (creciente) entre los profesionales disponibles y lo que las compañías demandan, retenerlos es cada vez más complicado porque las empresas radicadas en el país no pueden competir en términos de sueldos y beneficios con las de afuera. En tal sentido, si pagar los sueldos que demanda el mercado es una dificultad para las empresas privadas, el panorama puede ser aún más complejo para las estatales.

 

Representatividad y Personería gremial:

 

Latente es el conflicto de representatividad para los trabajadores de la industria. En 2018 se ha otorgado la personería gremial a la Asociación Gremial de Computación[4] mediante la resolución 239/2018, para representar a los trabajadores que desarrollen tareas de operador, programador, analista soporte técnico, desarrollo de sistemas, centro de cómputos, técnicos con zona de actuación en el Territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires. Esta resolución había sido dictada por el Secretario Sr. Jorge Triaca pocos días antes de dejar su cargo.

 

Fue criticada tal acción, se puso en duda de que ese sindicato represente a más del veinte por ciento (20%) de la actividad de software, requisito necesario para adquirir la personería gremial. Poco tiempo después el Ministro de Producción y Trabajo, Sr. Dante Sica, mediante el dictado de la resolución 210/18 había revocado por razones de ilegitimidad la resolución que le había otorgado personería gremial a la AGC. Entre otras cosas, porque la entidad no había acreditado haber afiliado más del veinte por ciento (20%) de los trabajadores que intentaba representar y que no se había dado intervención a otras entidades sindicales afectadas.

 

Cabe destacar que luego de esto AGC interpuso una acción de amparo solicitando la nulidad de esta última resolución y requiriendo la validez de aquella que le había otorgado la personería gremial.  El juicio tramitó ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nro. 21 y obtuvo sentencia el pasado 27 de noviembre de 2019. Allí el Juez hizo lugar al planteo del gremio, procediendo en este caso porque se estaría vulnerando principios relacionados con la independencia y autodeterminación del movimiento sindical para su organización y desarrollo.

 

Finalmente volvió a ser materia de controversia judicial recientemente en la sentencia dictada el 16 de marzo de 2020 por la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo en la causa “ASOCIACIÓN GREMIAL DE COMPUTACIÓN C/ MINISTERIO DE PRODUCCIÓN Y TRABAJO DE LA NACIÓN Y OTRO S/ ACCIÓN DE AMPARO”, Expediente Nº 11.156/2019, pronunciamiento que confirmó la legalidad y vigencia de la resolución administrativa que en noviembre de 2018 había otorgado la personería gremial a la ASOCIACIÓN GREMIAL DE COMPUTACIÓN (AGC) para representar a los trabajadores que se desempeñan en actividades propias del sector.

 

La Asociación Gremial de Computación (AGC) celebró el año de haber obtenido la personería gremial. Su titular, Ezequiel Tosco, aseguró: “es hora de que el Ministerio de Trabajo convoque a la negociación colectiva para fortalecer la industria informática a través del diálogo social”. Llamamiento que ha de parecerme sumamente importante e interesante, en el marco de la dinamicidad con la que se mueve el sector, y la necesaria adaptabilidad de las normas.

Conclusión: Aproximación al problema

 

Para concluir el presente artículo me gustaría recorrer ciertos puntos que a mi entender, giran en torno a la problemática, entonces realizaré una base de sugerencias.

El déficit de profesionales de IT tiene varias aristas, una de ellas, muy importante es la falta de políticas públicas orientadas a contener el problema. En ese sentido, es necesario que el Estado fomente el desarrollo de proyectos e iniciativas en el campo de la Ciencia y la Tecnología para retener a los profesionales.

En torno al factor educativo, los estudiantes cuentan con otra cabeza y las universidades deben cambiar sus métodos, trabajar con competencias, habilidades blandas, escenarios multidisciplinarios y trabajo en equipo. Es de conocimiento público que, la mayoría de los estudiantes inclinados por la rama de la ingeniería no culminan sus estudios por el simple motivo que son captados para trabajar con grandes sueldos, donde la educación la adquieren en un saber hacer complementando con cursos cortos que desarrollen y profundicen sus habilidade en sus cargos.  Otro tema importante son los presupuestos universitarios públicos que son muy acotados y en las carreras tecnológicas es un problema muy serio no poder contar con laboratorios y sistemas actualizados. No es menos importante, comenzar a plantearse cómo trabajar con las escuelas primarias y secundarias, para atraer a los estudiantes a que elijan carreras de ingeniería. Hay que articular con el Gobierno nacional, con las universidades y con la propia industria.

Por el lado económico y desarrollo de talentos en nuestro país, tengo conocimiento se ha presentado un controversial proyecto de ley ante el Congreso nacional, con el objetivo de evitar una “fuga de cerebros y talentos”, la premisa contempla a los argentinos que trabajan desde el país para empresas en el exterior no se vean obligados a pesificar sus salarios en dólares. Se trata de un gran número de jóvenes que han logrado evitar la emigración física, gracias al trabajo remoto, esta tendencia está en alza, y está alcanzando números desorbitantes.  El objetivo principal, es evitar expulsar a nuestros talentos.

Por último, en torno al factor colectivo, es menester se celebren convenios y se abra la negociación colectiva entre los actores involucrados. Está demostrado que de esta manera, en 2022 no podemos continuar haciendo la vista gorda. Temática que afecta tanto a empresarios del sector como a sus trabajadores.

 

Bibliografía:

 

  • Etala, Carlos A. 2007. Derecho colectivo del trabajo. Editorial Astrea. Buenos Aires.

Vázquez Vialard, Antonio. 1981. El sindicato en el derecho argentino. Editorial Astrea, Buenos Aires.

  • Victoria Basualdo (coord.), Hernán Letcher, Silvia Nassif, Mariano Barrera, Nayla Bosch, Andrea Copani, Pablo Peláez, Mauro Rojas, Cambio tecnológico, tercerización laboral e impactos sobre el empleo. Desafíos desde y para una narrativa argentina, Buenos Aires: Fundación Friedrich Ebert, Marzo 2019. Disponible en: https://www.fes-argentina.org/

 

 

●      Estudios económicos sobre la industria del conocimiento. INFORME 2021 – 2do Semestre https://www.argencon.org/argenconomics_2021/

 

 

 

María Ximena Solís

Lic. en Relaciones del Trabajo

DNI: 34.186.409

solismariaximena@gmail.com

 

[1] Los bootcamps son formaciones intensivas que permiten, en cuestión de meses, el salto al mercado laboral de personas que tenían un conocimiento bajo o prácticamente nulo en un área tecnológica.

Este tipo de cursos se basan en la formación práctica, learning by doing, es decir, aprender mientras vas realizando proyectos, ejercicios y básicamente, metiéndote en faena. Esto facilita la introducción de los alumnos en el mercado laboral, ya que, desde el minuto 1, se enfrentan a casos prácticos muy similares a lo que se encontrarán en sus nuevos puestos de trabajo. https://iddigitalschool.com/bootcamps/que-es-un-bootcamp/

 

[2] El Machine Learning es una disciplina del campo de la Inteligencia Artificial que, a través de algoritmos, dota a los ordenadores de la capacidad de identificar patrones en datos masivos y elaborar predicciones (análisis predictivo).

 

[3] https://www.argencon.org/institucional/ “Somos la primera entidad del país que nuclea a empresas prestadoras de servicios de todos los verticales de la Economía del Conocimiento. Trabajamos para generar las condiciones que favorezcan el desarrollo del sector y la formación de talento digital, además de promover el crecimiento de las exportaciones y el posicionamiento de Argentina como líder en la prestación de servicios del conocimiento a nivel global”.

[4] https://informaticos.ar/