UN TRASTORNO PSICOSOCIAL QUE PUEDE PREVENIRSE CON EL MÉTODO GNT
DRA VIVIANA LAURA DIAZ
Es común hablar de los trastornos psicosociales que los empleados pueden sufrir en el trabajo.
Pero los expertos casi nunca hablan de cómo estos problemas pueden afectar a quienes han llegado a las altas esferas de la empresa.
Los jefes pueden sufrir de síndromes, como por ejemplo, la llamada soledad del poder, la vanidad, la paranoia e incluso las tentaciones.
Pero según los estudios analizados, uno de los más complicados es el síndrome de Hubris, un comportamiento caracterizado por el exceso de confianza que el jefe siente cuando llega al poder.
Quienes sufren estos trastornos, presentan ciertas características que lo diferencian de otros jefes y líderes.
Es por ejemplo, impulsivo, confía exageradamente en su instinto y descalifica las opiniones ajenas, además, es autoreferencial y siempre busca aprobación de los demás.
Le da mucha importancia a su imagen personal y a los lujos en su entorno, tiene poca empatía y está predispuesto a aplastar a toda costa a sus rivales y contradictores.
Tiende a aislarse y siempre “está ocupado” ante cualquier consulta, le gratifica verse como si fuera no solo la máxima autoridad, sino la ORGANIZACIÓN en sí misma.
Es el anti líder: carece de carisma, encanto, poder de persuasión, autoconfianza y habilidad para correr riesgos.
Sus decisiones se basan en su idea de la realidad –que a veces es simplista para facilitar las cosas– por eso el resultado son desaciertos que culpará obviamente a otras personas.
Por esta razón, sus colaboradores sienten inseguridad y miedo y tratan de complacerlo en todas sus órdenes en lugar de confrontarlo, lo cual, a su vez, deriva en más errores.
En temas de dinero, racionaliza el gasto cuando se trata de recursos para otros, pero no ve inconveniente alguno en incurrir en gastos por lujos que vienen con su posición.
Con frecuencia utiliza su cargo para satisfacer su vanidad.
Ese comportamiento transitorio que sucede al llegar al poder y suele desaparecer cuando termina el mandato, puede prevenirse.
Lo que implica evitar a ese jefe o líder, los sentimientos de depresión , nostalgia y rabia, que nacen cuando cree que fue derrocado o minimizado en su mandato.
Desde GNT Mentoria Neurodigital, aplicamos prácticas que entrenan tres habilidades cognitivas que evitan este síndrome, ellas son AUTOCONTROL, EMPATIA y PACIENCIA.
A través de los programas de clínicas se capacita a los jefes en las habilidades que fomentan la mentoría hacia los colaboradores y el desarrollo de las soft skills pertinentes.
Por eso es importante mantener la salud psicosocial de los empleados y de los jefes / líderes, considerando que se trata de conceptos diferentes.
La clave está en la evaluación no solo de los logros alcanzados sino de las cualidades humanas, demostradas en el trabajo en equipo.
“La transformación de una organización comienza con la transformación de sus líderes”, sostiene la profesora de la Escuela de Negocios de Harvard Linda A. Hill , pero ciertamente primero deben transformarse a sí mismos,
Desde GNT, ayudamos a los líderes a crear y mantener el clima laboral necesario para la productividad, la sana convivencia y el crecimiento de la empresa a través del desarrollo integral de sus integrantes.
La transformación digital, no es un proceso único, ya que los cambios tecnológicos son continuos y con la transformación de los liderazgos ocurre algo similar, en este sentido, y aplicado al teletrabajo, trabajamos las mal denominadas habilidades blandas, de las cuales destacamos estas cinco:
1- Ser un catalizador, no un planificador
Los líderes necesitan catalizar el cambio en lugar de planificarlo.
Eso significa crear las condiciones iniciales para que la organización logre sus ambiciones y guiar a su empresa a través de un proceso de aprendizaje continuo.
Facilitamos el aprendizaje de los líderes en considerar a sus decisiones y acciones como hipótesis de trabajo que solo pueden validar recopilando comentarios sobre su impacto lo más rápido posible.
Solo con una comprensión de la información más destacada o de los actores más influyentes en un contexto dado, un líder puede descubrir cómo catalizar el cambio en lugar de planificarlo.
2- Confiar y soltar
En el mundo actual la capacidad de orquestar la acción colectiva (creación conjunta en lugar de dirección de arriba hacia abajo) nunca ha sido más importante.
Con este fin, liderar en la era digital es un ejercicio de confianza se trata de invitar a los empleados a participar en la toma de decisiones y crear una cultura que haga que las personas se sientan lo suficientemente seguras como para asumir riesgos y actuar en nombre de los intereses de la organización.
3- Ser un explorador
Con tanto cambio alrededor, los líderes deben ser exploradores, salir de la burbuja de la oficina, y saber preguntar, bucear en las necesidades de los otros.
Los nativos digitales esperan que los ejecutivos tengan una apreciación básica de las herramientas digitales y los datos que sus organizaciones están aprovechando, especialmente aquellos relacionados con la ciberseguridad, la IA (inteligencia artificial) y los servicios en la nube.
4- Tomar riesgos
Para sentirse cómodo con los errores inevitables y las hipótesis no confirmadas de la experimentación, los líderes necesitan una nueva actitud hacia el riesgo.
Por eso evitar oportunidades solo para evitar el fracaso es quizás la posición más riesgosa de todas en la economía digital.
En un mundo en rápida evolución con más riesgos que nunca (ciberseguridad, transición de la economía. pandemias, crisis sociales), los líderes necesitan coraje para hacer grandes apuestas.
5- Ser empático
Muchas personas están lidiando con el malestar social y económico y la inseguridad tanto dentro de las organizaciones como fuera de sus comunidades, no se sienten seguras.
Los mejores líderes logran resultados positivos al hacer las preguntas correctas y escuchar activamente, incluso cuando los mensajes que reciben revelan preocupación, escepticismo o miedo.
El año 2023 amanece como el inicio de un ciclo de cambios, donde la empleabilidad es la única moneda de cambio para que podamos crecer en las relaciones laborales.
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