FORMAR PARA TRANSFORMAR: PROPUESTAS PARA UNA FORMACIÓN PROFESIONAL INCLUSIVA Y TECNOLÓGICA EN LA ERA DE LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL

GRACIELA CRISTINA ANTACLI[1]

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RESUMEN

En un mundo del trabajo profundamente impactado por la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización acelerada, la Formación Profesional (FP) se convierte en una de las principales herramientas de intervención social para garantizar el derecho al trabajo digno, la equidad en el acceso al conocimiento y la participación plena en los nuevos esquemas productivos.

En nuestro país, la FP constituye un campo de debate constante que ha enfrentado desafíos históricos en su articulación con el sistema educativo y el mercado laboral, por ello persisten problemáticas estructurales tales como la informalidad en el trabajo, brecha digital, la falta de conexión entre la oferta educativa y la demanda productiva, así como las dificultades para poner en práctica políticas a largo plazo.

Desde una mirada crítica y propositiva, ésta presentación examina particularmente, los desafíos que la transformación digital plantea a la formación profesional y al derecho laboral, y sugiere soluciones integrales fundamentadas en el diálogo social, la equidad y el enfoque de la formación como un derecho universal y esencial para lograr un trabajo decente y una ciudadanía plena.

Palabras clave: Derecho del Trabajo – Formación Profesional – Transformación digital- Tecnología – trabajo decente

  1. Introducción

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Si bien no hay una definición legal de FP, Machado J (2005)[i] la ha entendido como “ proceso de adquisición y desarrollo de aptitudes técnicas y actitudinales que favorecen el ingreso, permanencia o reinserción de una persona en el mercado laboral”. En tanto D’Aurizio, A. y Mancuso, G.(2012)[ii] afirman que la FP comprende “todos aquellos estudios y aprendizajes encaminados a la inserción, reinserción y actualización laboral, cuyo objetivo principal es aumentar y adecuar el conocimiento y habilidades de los actuales y futuros trabajadores a lo largo de toda la vida”

En nuestro país, el derecho a la formación profesional fue incorporado a la Ley de Contrato de Trabajo en 1995, por la Ley N 24.576 a través de un capítulo específico, reconociéndolo como un «derecho fundamental” para todos los trabajadores. Sin embargo, pese al tiempo transcurrido y a la importancia del tema, hay diversos factores que dificultan su aplicación, como la informalidad laboral, la ausencia de políticas públicas específicas, la falta de aplicación de los convenios colectivos en dicho tema, el enfoque en la organización del trabajo, entre otros.

Granovsky, P y  Perez, M (2021)[iii] sostienen que la FP no se  limita sólo para el empleo, sino al desarrollo de las capacidades más amplias que comprenden a la persona de una forma integral. Afirman: “La determinación del perfil de especialización del aparato productivo con el que se relaciona la FP debe considerar, como un eje central del mismo, la generación de capacidades y saberes tecnológicos. Este perfil, entonces, requerirá de los trabajadores capacidades cognitivas y de operación de dispositivos tecnológicos complejos, integrando sistémicamente saberes diversos de acuerdo a las orientaciones principales del desarrollo económico” (p.59)

Por ello, ante lavertiginosa irrupción de la transformación digital y la consolidación de la Industria 4.0, se impone repensar la FP. Estas tecnologías no solo reconfiguran el mercado laboral, generando nuevas demandas de competencias y cualificaciones, sino que también plantean preguntas fundamentales sobre el futuro del trabajo y la necesidad de una adaptación constante. En este marco, la FP se convierte en un derecho fundamental y en una política pública esencial para garantizar la inclusión social y el trabajo decente, por ello, debe tener un lugar relevante en la legislación laboral

Cabe enfatizar y como se ha señalado, que estamos ante la presencia de un derecho fundamental operativo, vinculado al bienestar y al progreso social. Tanto el derecho como las políticas de FP han sido objeto permanente de las preocupaciones y actuaciones de la OIT. Éste organismo, ha destacado la importancia de la FP para facilitar el aprendizaje permanente y la empleabilidad, como parte importante de una gama de medidas de orden político destinadas a crear empleos decentes y a alcanzar un desarrollo económico y social sostenible. En tal sentido la Recomendación 195 OIT, sobre el desarrollo de los recursos humanos (2004) plantea el deber de los países miembros de definir políticas de desarrollo de los recursos humanos, de educación, de formación y de aprendizaje permanente que “hagan hincapié en el desarrollo económico sostenible en el contexto de una economía en proceso de globalización y de una sociedad basada en el saber y la adquisición de conocimientos” así como “en el desarrollo de las competencias, la promoción del trabajo decente, la conservación del empleo, el desarrollo social, la inclusión social y la reducción de la pobreza”.

Se comparte el enfoque de Catalano A. (2018)[iv] quien asevera,“…toda época de cambios tecnológicos no depende solamente de las inversiones en tecnología, sino también del fortalecimiento y el desarrollo de los sistemas educativos formales e informales y de políticas públicas que incentiven los sectores de actividad estratégicos. La productividad y la eficiencia se basan cada vez menos en la intensidad del trabajo físico y cada vez más en la intensidad del conocimiento aplicado”

En consecuencia, la Cuarta Revolución Industrial, impulsada por la transformación digital, ha dejado de ser una proyección futura para convertirse en una realidad cotidiana. Esta transformación genera una reconfiguración de las demandas laborales, de los sistemas de producción, con la posibilidad de automatización de empleos y la necesidad de nuevas competencias y cualificaciones

II. Desafíos Cruciales para la Formación Profesional en la Era de la transformación digital

             Desde el derecho laboral, la transformación digital plantea interrogantes esenciales: ¿qué tipo de formación garantiza el acceso a trabajos decentes? ¿Cómo evitar que la tecnología acentúe la exclusión laboral de los sectores históricamente marginados? ¿Qué papel deben jugar el Estado, los sindicatos y el sector privado?

La FP no puede reducirse a una adaptación técnica; debe ser un espacio de empoderamiento laboral, de acceso a derechos y de construcción de subjetividades críticas

              El avance de la transformación digital presenta serios retos para la FP en nuestro país, los cuales deben ser abordados de manera urgente. A continuación, se realizará un breve enunciado de dichos desafíos

  1. Brechas y tensiones frente a las tecnologías digitales

 El acceso diferencial a las tecnologías digitales constituye lo que se denomina “brecha digital”. Este concepto ha sido actualizado al considerar los distintos niveles de alfabetización tecnológica, es decir: los saberes necesarios para utilizarlas. Carecer de estas habilidades lleva también a la exclusión digital, provocando la llamada “desigualdad digital”, dado que el derecho a acceder a las tecnologías digitales, y la intensidad de uso de estas, están íntimamente ligados con la igualdad.

Las empresas exigen cada vez más un nivel universitario y una capacitación constante para utilizar nuevas herramientas tecnológicas. Tal situación genera una brecha entre las competencias ofrecidas y las requeridas.

               Como se ha indicado, como consecuencia de la irrupción de las tecnologías disruptivas se reconfiguran los perfiles laborales demandados. A propósito de ello, estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (2023)[v] indican que más del 60% de los empleos en América Latina podrían ser automatizados en diferentes grados en los próximos años. En Argentina, esto se traduce en una creciente obsolescencia de saberes técnicos tradicionales, con especial impacto en sectores como la manufactura, el transporte y los servicios administrativos (CEPAL, 2022)[vi].

                A lo dicho, se suman desigualdades en el acceso a tecnología: según el Observatorio Argentinos por la Educación (2023), solo el 34% de los estudiantes de FP en zonas rurales accede regularmente a internet de calidad. Claro está que el sistema formativo se encuentra tensionado entre la necesidad de aggiornarse tecnológicamente y las limitaciones estructurales del país: financiamiento inestable, escasa articulación con el sistema productivo y una brecha creciente entre el conocimiento que se enseña y el que se demanda.

              Del informe de CEPAL 2025[vii] surge una panorama general a la problemática de la región, el mismo indica que: América Latina y el Caribe enfrenta tres trampas del desarrollo: una trampa de baja capacidad para crecer; una de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, y una de baja capacidad institucional y gobernanza poco efectiva. Estas trampas no solo actúan de forma independiente como barreras al desarrollo, sino que están profundamente interrelacionadas y se refuerzan mutuamente, lo que hace cada vez más relevante el diseño y la implementación de estrategias y políticas que permitan romper con este círculo vicioso de bajo crecimiento, exclusión y debilidad institucional”(…) “Para romper este círculo vicioso se requiere un enfoque integral que aborde simultáneamente los tres desafíos estructurales de América Latina y el Caribe: la baja productividad, la alta desigualdad y la debilidad institucional. En la lógica de una aproximación integral, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha planteado la relevancia de focalizar las acciones en 11 grandes transformaciones que permitan impulsar un nuevo modelo de desarrollo, entre las cuales se destaca la transformación digital, dada su gran capacidad de catalizar las otras transformaciones y cambios estructurales (CEPAL, 2024).

2-  Precariedad e Informalidad laboral

          De acuerdo al Informe del empleo informal y la pobreza laboral de Económicas UBA (junio 2025) la tasa de informalidad fue 42% en el primer trimestre de 2025 o sea, 4 de cada 10 trabajadores se encuentran en empleos que no están cubiertos por la legislación relevante, sea laboral, impositiva o de la seguridad social.

El citado documento analiza el empleo informal por género y es así que, en el cuarto trimestre de 2024, la tasa de informalidad total fue 42%, siendo 41% entre los hombres y elevándose a casi 44% entre las mujeres.

          Además, aporta información sobre la informalidad laboral por edad, en éste caso los jóvenes experimentan una tasa de informalidad significativamente más elevada que otros grupos etarios. En el cuarto trimestre de 2024, ésta era de casi 68%, 26 puntos porcentuales más elevada que la tasa global, o sea, casi 7 de cada 10 trabajadores con edades entre los 16 y los 24 años son informales. 

3. Necesidad de Formación Continua y Adaptativa

               El ritmo acelerado de la revolución tecnológica exige una constante capacitación de la fuerza laboral. Si un trabajador no adecua su calificación, puede quedar fuera del mercado. La formación debe ser un proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida, tal como diversos instrumentos internacionales lo han propuesto desde hace tiempo.

              El Informe del empleo informal y la pobreza laboral de Económicas UBA (junio 2025) da cuenta que a mayor nivel educativo alcanzado menor es la incidencia de la informalidad. La tasa entre los trabajadores con nivel educativo universitario en el cuarto trimestre de 2024 fue del 16,3%; 26,6 puntos porcentuales adicionales (42,9%) fue la tasa entre los trabajadores con nivel educativo intermedio (secundario completo o universitario incompleto), para alcanzar el 65,4% entre los trabajadores que no completaron la educación media, en definitiva, los trabajadores de menor capital humano experimentan una probabilidad de ser informales 4 veces más elevada que la que experimentan los de mayor nivel educativo.

4- Formación docente y uso pedagógico de la tecnología

              Los docentes demandan mayor formación en alfabetización inicial, educación inclusiva y el uso pedagógico de tecnologías. Sin embargo, más de la mitad de los maestros tienen únicamente su título inicial, limitando la especialización. La capacitación continua es a menudo superficial y corta, dificultando un desarrollo profundo y sostenido.

5- Desconexión y fragmentación institucional

               Persiste la dificultad de vincular la educación y el trabajo, con un sistema educativo que no está exento de la crisis de desarrollo. La oferta de FP en nuestro país sufre una «casi completa desarticulación» entre la educación formal, la FP y los programas de capacitación, además se dificulta la implementación de políticas a largo plazo, como de generar un proyecto industrial coordinado que articule la industria 4.0 y la FP

 6- Capacidad de anticipar la demanda futura de habilidades

          Otro tema crítico para la FP refiere a las capacidades de análisis de las futuras demandas de habilidades laborales y al impacto de la tecnología en el contenido de las labores de las diferentes ocupaciones, que serán sustituidas y cuales se complementarán o serán transformadas. En éste punto, es relevante considerar al conjunto de habilidades transversales, que se ordenan como complementarias de las nuevas tecnologías, a saber: habilidades sociales y de comunicación, pensamiento crítico, entre otras.

Se han identificado importantes desafíos para la FP ante el actual panorama de transformación digital, destaca Burdín (2022)[viii] la importancia de la formación en habilidades laborales como un componente de una estrategia orientada a aprovechar el potencial productivo de la digitalización, como también es crucial para descomprimir las presiones que el nuevo escenario genera sobre la desigualdad entre los trabajadores. Asevera el autor “… Las políticas de capacitación en el trabajo y formación de habilidades laborales en jóvenes y adultos de sectores de ingresos bajos y medios constituyen un pilar importante de toda estrategia que pretenda alcanzar elevados niveles de prosperidad económica con equidad e inclusión social…” 

          De los retos expuestos que debe enfrentar la FP en éstos tiempos, el paradigma del «trabajador-educando permanente» también exige una revisión del derecho del trabajo que articule educación, empleo y tecnología.

III. Hacia Soluciones Integrales: Propuestas para una Formación Profesional inclusiva y tecnológica  

          Para enfrentar los desafíos de la era de la trasformación digital, es imperativo un cambio paradigmático en las políticas de formación profesional, que trascienda los enfoques económicos limitados y se centre en el ser humano como ciudadano y trabajador. Las soluciones deben ser integrales,inclusivas y sostenibles, y requieren un compromiso sostenido del Estado y del conjunto de actores del sistema productivo, como se ha señalado.

          He aquí algunas propuestas:

A-  Reafirmar la Formación Profesional como un Derecho Universal Operativo:

          Para ello se recomienda visibilizary reglamentar adecuadamente el capítulo de «Formación Profesional» en la Ley de Contrato de Trabajo, con ello se dotará de mayor claridad y fuerza los deberes del Estado, de los empleadores, de los sindicatos y a los derechos y deberes de los trabajadores.

Asimismo, asegurar que la FP sea un derecho de acceso universal para todos, sin distinción de edad, condición social, económica o física, con ello se eliminan barreras económicas y de acceso.

BFortalecer el Diálogo Social Tripartito:

           Sin dudas la colaboración entre gobierno, empleadores y trabajadores es fundamental para diseñar políticas de FP coherentes con las demandas del mercado y un modelo de desarrollo sostenible.

        En éste concierto los sindicatos, con su rol histórico en la formación y defensa de derechos, deben ser actores centrales en la planificación, ejecución y fiscalización de la FP, incluyendo la negociación de los «créditos horarios» para la capacitación espontánea de los trabajadores.

       Por su parte, las empresas deben comprometerse con la inversión productiva nacional, la generación de empleo y la formación del talento humano promoviendo el trabajo decente.

CDiseñar políticas de FP con enfoque integral y de largo plazo

          Sobre éstos aspectos, se sugiere desarrollar una FP que no solo se centre en la «semicalificación», sino que apunte a una formación amplia,integral, inclusiva y flexible, que contemple el desarrollo del trabajador como ciudadano.

              Una de las opciones consiste en integrar las áreas de educación y trabajo, promoviendo un diálogo constante para definir contenidos curriculares que incluyan tanto los aspectos instrumentales de la labor como la formación general y humana del trabajador.

           En armonía con lo anterior, se recomienda fomentar un sistema de formación profesional que establezca «puentes» con la educación formal y no formal, permitiendo la acreditación de saberes y la reinserción en el sistema educativo. Iniciativas como «Secundaria con Oficios» en la Provincia de Buenos Aires, que articula terminalidad educativa con formación profesional, son un ejemplo valioso de este tipo de políticas.

          Otra alternativa posible es desarrollar un modelo de empalme entreplanes sociales y trabajo formal, que permita la transición y el acompañamiento con tutores y capacitación permanente.

          En todos los casos debe garantizarse también, la formación para colectivos vulnerables como personas en situación de encierro, víctimas de trata, personas con adicciones, pueblos originarios y la población LGBTQ

DFomentar Competencias Transversales y Habilidades Humanas

Para la UNESCO (2015) “La ciudadanía digital es un conjunto de competencias que faculta a los ciudadanos a acceder, recuperar, comprender, evaluar y utilizar, para crear, así como compartir información y contenidos de los medios en todos los formatos, utilizando diversas herramientas, de manera crítica, ética y eficaz con el fin de participar y comprometerse en actividades personales, profesionales y sociales”

          Por ello se propone, más allá de las habilidades técnicas, que la FP debe hacer hincapié en el desarrollo de competencias blandas o socio-emocionales como el pensamiento lógico, el pensamiento crítico, la creatividad, la interpretación de textos, la colaboración, la comunicación, la adaptabilidad, el trabajo en equipo, el liderazgo y la gestión de proyectos, todo ello en el entendimiento que la educación debe enseñar a pensar en tiempos derespuestas automáticas, utilizando por ejemplo la IA como herramienta sin desplazar el rol del pensamiento crítico.

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Sobre el particular, se destaca la experiencia de la Comisión de las Comunidades Europeas (5-3-2025) quien afirma que las competencias deben entenderse en un sentido amplio, que abarca capacidades, conocimientos y competencias para la vida, que van mucho más allá de las necesarias para el mercado laboral, acentuando los problemas que afrontan como, falta y brechas de competencia, insuficiente velocidad de transformación, gobernanza fragmentada. Para resolver tales dificultades recomienda: A) adquirir las competencias oportunas para lograr empleos y vidas de calidad a través de una sólida base educativa, con un enfoque inclusivo de aprendizaje permanente. B) Mejorar las competencias y reciclar profesionalmente a una mano de obra dinámica y que domine la transición digital y ecológica, en particular aquellos con baja y media cualificación. C) Poner en circulación competencias aprovechando la libre circulación de personas por toda la Unión y desplegar el pleno potencial del mercado único. D) Atraer, desarrollar y retener el talento. 

Se asegura en el documento citado que los beneficios de dar prioridad a las personas e invertir en sus capacidades y competencias superan con creces el esfuerzo necesario

           En esa línea de pensamiento la CEPAL (2025) en sus declaraciones, afianza el concepto que la digitalización no es solamente de una cuestión de infraestructura tecnológica, sino también de cambios profundos en los modelos de producción, los sistemas de educación, los servicios públicos y las estructuras sociales, es decir de cómo entendemos nuestro diario vivir.

IV -A modo de conclusión

             La formación profesional en nuestro país, está en una encrucijada con el avance inexorable de la transformación digital, tal situación interpela como sociedad y como actores del derecho laboral. Es menester evitar que la tecnología profundice las brechas existentes y condene a una parte de la población a la «cultura del descarte».

           El desafío es inmenso: transformar un sistema educativo y laboralfragmentado en uno coherente, inclusivo y adaptado a las demandas de la Industria 4.0, sin perder de vista la centralidad de la dignidad humana.

           La FP, reconocida como un derecho fundamental, debe ser el motor para poder construir trayectorias laborales dignas y participar plenamente en una sociedad cada vez más compleja y digitalizada. En ésta presentación se han destacado los retos que enfrenta la FP ante la transformación digital, y también se proponen acciones como: la reafirmación de la FP como un derecho universal operativo, fortalecer el diálogo social, diseñar políticas de FP con enfoque integral y fomentar las competencias transversales y habilidades humanas

          Para guiar éste proceso se requiere no solo una fuerte voluntad política sino también una transformación cultural que valore la educación y el trabajo como elementos de cohesión social y movilidad ascendente.

         La articulación efectiva entre el Estado, el sector empleador y las organizaciones sindicales en un diálogo social genuino son la clave para la planificación estratégica, el diseño de la oferta formativa y la garantía de un trabajo decente y con derechos para todos. A su vez, no olvidemos que las disposiciones legislativas sobre FP hacen efectivo el derecho a la educación y al acceso a la formación profesional y permanente,

        En tiempos de definición como el presente, la forma en que se aborde en nuestro país la FP en la era de la transformación digital, determinará no solo su desarrollo económico, sino también el nivel de justicia social y equidad que podrá ofrecer a sus ciudadanos, en otras palabras, puede convertirse en motor de justicia social y transición tecnológica inclusiva, o en otro factor de exclusión y precarización

La inversión en formación de talento humano, la adaptabilidad, la inclusión y el fortalecimiento de las habilidades humanas irremplazables son los pilares sobre los que debemos construir el futuro del

 

V. Referencias Bibliográficas


[1] Abogada. Escribana. UNC. Doctora en Derecho del Trabajo, Previsión Social y Derechos Humanos. USAC

Magíster en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales. UNTREF. Diplomada en Trabajo remoto y transformación digital. Docente – Investigadora- Conferencista

gracielaantacli@gmail.com


[i] Machado, J. D., “De la formación profesional”, en Ley de Contrato de Trabajo comentada y concordada, dirigida por Antonio Vázquez Vialard, RubinzalCulzoni, Santa Fe, 2005, Tomo I, p. 5 71

[ii] D’Aurizio, A. y Mancuso, G., “De la formación profesional”, en Régimen de Contrato de Trabajo Comentado dirigido por Miguel Ángel Maza, La Ley, 2012, Tomo II, p. 203.

[iii] – Granovsky, Pablo; Pérez, María Alejandra Formación profesional: Cambio tecnológico y Relaciones Laborales Revista de Investigación del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales, núm. 19, 2021, Mayo-Noviembre, pp. 53-69 Universidad Nacional de La Matanza- Argentina 

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=581966771004

[iv]  Catalano, A. (2018), Tecnología, innovación y competencias ocupacionales en la sociedad del conocimiento, Oficina de País de la OIT para la Argentina

[v] Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (2023). El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe.
https://publications.iadb.org/es/el-futuro-del-trabajo-en-america-latina-y-el-caribe

[vi] CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2022), Un camino digital para el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe (LC/CMSI.8/3), Santiago.

[vii] :CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2025), Superar las trampas del desarrollo de América Latina y el Caribe en la era digital: el potencial transformador de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial (LC/CMSI.9/3/Rev.1), Santiago

 

[viii] Burdin, Gabriel  Digitalización, productividad y empleo: elementos para pensar la formación profesional  en América Latina. Montevideo: OIT/Cinterfor, 2022

https://www.oitcinterfor.org/sites/default/files/Burd%C3%ADn_Digitalizaci%C3%B3n,%20productividad%20y%20empleo.pdf